¿Para qué?

¿Y para qué volver a escribir aquí más basura? ¿Para qué seguir lamentándome sobre lo asquerosos que son los días malos? ¿Para qué llorar una y otra vez la decepción que supone descubrir cada día la pasta de la que está hecha la gente? ¿Para qué escribo una y otra vez la misma historia, la misma lucha, la misma lamentación?

¿¿A quién demonios le importa?? En el fondo ni siquiera a mí, y sin embargo aquí estoy una vez más, perdiendo el tiempo en letras podridas y harto repetidas. Creo que el Pensadero que describe Rowling me pareció una idea fascinante y trato de emularlo.

La mejor forma de que curen las heridas es no volver a tocarlas. Cierto. Pero ¿y si cada vez se van perfeccionando más? Nuevas sorpresas en las mismas grietas. Distinta gente, y sin embargo, siempre lo mismo.

Y me descubro en mi Precioso Mundo. Ese al que le tengo prohibida la entrada a TODOS. A veces incluso a mí, para evitar sufrir demasiado por querer vivir de él.

Y me descubro todavía como una niña ingenua que tiende una mano al vacío.

Serás egoísta... ¿Aislarme? ¿¿Yo?? Sabes muy bien escupir basura por esa boca sin darte ni cuenta, pero jamás será tan destructiva como el fuego que a veces, y sólo a veces, puedo permitirme echar.

Cuido mi salud mental, querrás decir. Y creo que deberías plantearte el ir haciendo lo mismo con la tuya.