Vaya vaya... me crujo los dedos justo antes de dejar aquí los revueltos y, finalmente, esclarecedores pensamientos de estos días.
A tan sólo dos días de una revolución en mi cabeza, hoy, ahora, hace muy poco, por fin mi mente ha hecho un sonoro y rotundo CLICK. Y por dios... qué gozada de chasquido de engranaje bien encajado.
Y es que cuando ya por fin empezaba a entender cómo diablos funciona mi mente, cómo tengo que ordenar los pensamientos, cómo tengo que llevarme bien conmigo misma, y había optado por no ser tan belicosa, de repente la respuesta a todos los "dilemas" está frente a mí... y me dice que tenga picardía. Pero con la gente acertada.
Es fácil. Mi cabeza funciona así: es una desagradecida.
La gente a la que quiero, la que me demuestra que me quiere, la que lucha por mí, la que lucha a mi lado contra mis demonios, la que está ahí antes de lanzar mi grito de auxilio, la que en definitiva, me deja ser quien soy y así me aceptan, a esa gente... mi cabeza les pone todo tipo de trabas. Cuestiona todo. Duda de todo. En definitiva, tiene miedo. Y supongo que ahora viéndolo claro, es hasta lógico. Tengo miedo a perderles. Y mi cabeza, ante ese miedo, lo que entiende es que es malo. Y por lo tanto, hay que mirarlo con lupa.
¿Y qué ocurre con la gente que me ha decepcionado, no vale nada ni aporta nada a mi vida? Pues ya lo he dicho todo. Y sin embargo, aquí mi mente tiene algo que decir también... siempre algo que decir, como su dueña. Resulta que con esa gente queda el ¿y si? Y eso se resume a que es gente a la que no le doy ninguna oportunidad, y por lo tanto, puedo estar perdiéndome "algo". Y eso se resume a su vez en que doy oportunidades inmerecidas. Y... (redoble de tambores) la suelo pifiar llegado a este punto. Bueno, ya la he pifiado mucho antes, cuestionando a quienes valen... pero aquí está la mayor equivocación de la línea de pensamiento que corre mi mente. Porque me veo yo ahí, como una pánfila, creyendo que acierto aflojando esa tensión que tiene mi cuerda en las relaciones sociales, y lo que hago es permitir que el anzuelo enganchado a la boca del tiburón me devore. O casi. Por suerte, toco madera, no lo ha hecho nunca, pero sí he olido su fétido aliento a mar podrido, quedándose muy cerca de hacerme daño de verdad.
Y el caso es que todo esto se ha encendido en mi cabeza hace unos días. Pero mi cabeza siempre tiende a la duda, aunque poco a poco, voy aferrándome a la realidad. Ignorando, como llevo haciendo hace mucho, a aquellas personas que hubo un momento que sólo me transmitían y emanaban malas corrientes (¿nunca habéis sentido que hay gente que transmite mal rollo sólo con tenerla cerca? Pues eso...), buscándo{me} cosas distintas, y valorando a la gente que quiero tener {y tengo} a mi lado.
Y en esto que mi cabeza sigue dando por culo con esos rescoldos de dudas... ¡benditas redes sociales! descubro que he estado a punto de cagarla con ese sentimiento de ¿y si? con alguien paralelo a todo. Con alguien que está tan podrido como la persona que hace tanto desterré de mi vida y que me la dio a conocer. Por puro formalismo, fui Yo, una vez más(¿nostalgia?) Y de repente, me ha apestado el aliento del tiburón... una vez más.
¡Y es genial! ¡Lo digo completamente es serio! Os aseguro que ahora mismo estoy sonriendo ante lo pícara que es la vida. Cómo lo coloca todo en su sitio, más pronto o más tarde. Pero todo encaja finalmente.
Y hoy soy yo la que no tengo nada que esconder. La que tengo unas ganas terribles de enfrentarme a lo que se plante delante porque los cojones los tengo pelados desde hace mucho. Y la que ahora te hace que lo estés pasando mal. Qué coño. Se acabaron los ¿y si?
La vida casi nunca responde a preguntas. Simplemente un día, te da una sonora bofetada de realidad, se ajuste o no a tus planes.
Y oye... ya veo la fila de respuestas que se están agolpando. Poco a poco. Y me encanta.
A tan sólo dos días de una revolución en mi cabeza, hoy, ahora, hace muy poco, por fin mi mente ha hecho un sonoro y rotundo CLICK. Y por dios... qué gozada de chasquido de engranaje bien encajado.
Es fácil. Mi cabeza funciona así: es una desagradecida.
La gente a la que quiero, la que me demuestra que me quiere, la que lucha por mí, la que lucha a mi lado contra mis demonios, la que está ahí antes de lanzar mi grito de auxilio, la que en definitiva, me deja ser quien soy y así me aceptan, a esa gente... mi cabeza les pone todo tipo de trabas. Cuestiona todo. Duda de todo. En definitiva, tiene miedo. Y supongo que ahora viéndolo claro, es hasta lógico. Tengo miedo a perderles. Y mi cabeza, ante ese miedo, lo que entiende es que es malo. Y por lo tanto, hay que mirarlo con lupa.
¿Y qué ocurre con la gente que me ha decepcionado, no vale nada ni aporta nada a mi vida? Pues ya lo he dicho todo. Y sin embargo, aquí mi mente tiene algo que decir también... siempre algo que decir, como su dueña. Resulta que con esa gente queda el ¿y si? Y eso se resume a que es gente a la que no le doy ninguna oportunidad, y por lo tanto, puedo estar perdiéndome "algo". Y eso se resume a su vez en que doy oportunidades inmerecidas. Y... (redoble de tambores) la suelo pifiar llegado a este punto. Bueno, ya la he pifiado mucho antes, cuestionando a quienes valen... pero aquí está la mayor equivocación de la línea de pensamiento que corre mi mente. Porque me veo yo ahí, como una pánfila, creyendo que acierto aflojando esa tensión que tiene mi cuerda en las relaciones sociales, y lo que hago es permitir que el anzuelo enganchado a la boca del tiburón me devore. O casi. Por suerte, toco madera, no lo ha hecho nunca, pero sí he olido su fétido aliento a mar podrido, quedándose muy cerca de hacerme daño de verdad.
Y el caso es que todo esto se ha encendido en mi cabeza hace unos días. Pero mi cabeza siempre tiende a la duda, aunque poco a poco, voy aferrándome a la realidad. Ignorando, como llevo haciendo hace mucho, a aquellas personas que hubo un momento que sólo me transmitían y emanaban malas corrientes (¿nunca habéis sentido que hay gente que transmite mal rollo sólo con tenerla cerca? Pues eso...), buscándo{me} cosas distintas, y valorando a la gente que quiero tener {y tengo} a mi lado.
Y en esto que mi cabeza sigue dando por culo con esos rescoldos de dudas... ¡benditas redes sociales! descubro que he estado a punto de cagarla con ese sentimiento de ¿y si? con alguien paralelo a todo. Con alguien que está tan podrido como la persona que hace tanto desterré de mi vida y que me la dio a conocer. Por puro formalismo, fui Yo, una vez más(¿nostalgia?) Y de repente, me ha apestado el aliento del tiburón... una vez más.
¡Y es genial! ¡Lo digo completamente es serio! Os aseguro que ahora mismo estoy sonriendo ante lo pícara que es la vida. Cómo lo coloca todo en su sitio, más pronto o más tarde. Pero todo encaja finalmente.
Y hoy soy yo la que no tengo nada que esconder. La que tengo unas ganas terribles de enfrentarme a lo que se plante delante porque los cojones los tengo pelados desde hace mucho. Y la que ahora te hace que lo estés pasando mal. Qué coño. Se acabaron los ¿y si?
La vida casi nunca responde a preguntas. Simplemente un día, te da una sonora bofetada de realidad, se ajuste o no a tus planes.
Y oye... ya veo la fila de respuestas que se están agolpando. Poco a poco. Y me encanta.
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1 comentario:
Benditos clicks :)
Curioso Personaje
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