Eaea...

Las redes sociales desociabilizan. Es así de simple.

 Nunca antes me había preocupado tanto tanta gilipollez. Y es más. Lo que más me preocupa es que me preocupe. Je.

Es muy simple. Ahora la gente se separa en a los que les gusta lo que haces y los que no. Y nunca gente tan falsa ha sido descubierta de forma tan evidente. ¡¡Y no pasa nada!!

Bueno, qué va a pasar... si está más que asumido que hay que vivir rodeado de vívoras y trepas que cada día venden la moto al que tenga el cerebro más plano. Y ahí estoy yo, como espectadora de unos actores que conozco personalmente y que me dan risa y pena de forma disonante.

Porque por un lado está el modelo de "lo que diga mi novia". Es el primero que toco por alusiones al pasado, pero también con distancias. En ese caso, no me queda otra que mantenerme al margen, ya que como decía, por alusión directa, es lo que yo habría deseado que pasara. Que sea feliz. Ya sabe dónde estoy si necesita a su amiga de siempre.

Por otro lado tenemos a la mendiga. Si, si, a la mendiga. Y precisamente la fauna más común es que sea femenina. Mendiga de amistad. Simplemente patética. Pero no me malinterpretéis. Lo es porque su historial le precede. Patética porque entre sus bellas cualidades está la de traidora, mentirosa, trepa, lastimera, la de "te deprimo con tal de yo quedarme a gusto"... etcétera... pero resulta que le hace una putada a un supuesto amigo, y ella no tiene ningún problema es lamerle el culo a la novia de éste (sí, es el sujeto anterior de "lo que diga mi novia"), y notar cómo sensiblemente el amigo por ¡¡oh!! arte de magia, olvida toda ofensa con esa chica.

¿Se nota que hemos vuelto al patio del colegio? ¡¡Bien!! Menos mal. Creí que era la única que veía tanta tontería traducida al mundo supuestamente adulto.

 En fin. A ver si de una vez me dejan de distraer estas soplapolleces, y me voy haciendo con chupetes para todos.