Cada vez, lo bueno es muy bueno, y lo malo es peor.
Como si de una espiral abisal se tratase, mi vida va siendo cada vez más extrema.
Y lo bueno es muy bueno, y lo malo es peor.
Me siento volar de ilusión, y me sangra el alma.
Me duele la mandíbula de sonreír y la cabeza de llorar.
Y lo bueno es muy bueno, y lo malo es peor.
Tengo fuerzas para comerme el mundo, y no quiero salir de la cama.
Lo tengo todo, y no tengo nada.
Y lo bueno es muy bueno, y lo malo es peor.
Planeo mi vida... y me planteo si mi ilusión no me estará destrozando por dentro.
Y me planteo tantas cosas...
Y es que, ya no distingo en qué bando estás.
Si en el muy bueno, o en el peor.
Amén.
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