Debo ser la única...

Dicen que este año no habrá verano.

Y todo el mundo se siente como si los mayas se equivocaran en su predicción, y realmente quisieron decir que todo se acabará en el "verano" del 2013.

Menos yo.

A veces me pregunto si de verdad la gente piensa las cosas. Es muy soberbio por mi parte, lo sé, pero cuando demuestran que lo único que han aprendido en esta vida es a rebatir todas aquellas opiniones que no están forjadas con sus ideales del montón, sinceramente, me da igual si sueno o no soberbia cuando hablo de ellos.

El caso es que aquí estoy, con apenas unos grados por encima de 10, escribiendo con mi ordenador al aire libre, viendo las nubes terriblemente negras, pasando frío (oh, sí, sí que lo siento. La diferencia es que yo disfruto mil veces más de esta sensación cuando regreso al calor del hogar, literal y figurado...) y sintiéndome viva por notarlo. Precisamente por eso.

Hace poco lo comentaba con alguien. No es que no me guste el verano, al contrario. Posiblemente sea una de las que más agradezca a Lorenzo su presencia, sobre todo cuando hace frípo (vaya!! otra vez...) y sus rayos acarician mi piel.

Eso es sentirse viva.

El caso es que hoy debo de tener la vena meteorológica encendida, porque no voy a hablar de mayores retóricas que las que ya he expuesto.

Y sí, debo ser la única que se para a pensar en semejantes gilipolleces con la que está cayendo en el mundo.